Reconstrucción histórica

 

La fuente judicial en la construcción de la memoria

Prólogo


Entre los días 9 y 11 de junio de 1999 el Departamento Histórico Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, organizó, en la ciudad de Mar del Plata, las “Primeras Jornadas sobre la Fuente Judicial en la construcción de la memoria”.

Como Presidente del Tribunal me correspondió dictar la clase inaugural.

Y al saludar con ella a quienes participaban del evento no pude menos que destacar su valioso significado: tanto por cada presencia personal cuanto por la preocupación que los reunía.

Se trataba de mujeres y de hombres estudiosos del tema de la historia y de sus fuentes, vinculados muchos de ellos por sus profesiones y actividades al quehacer judicial, que venían a recuperar, con su esfuerzo y sus talentos, desde los signos sensibles del recuerdo, la presencia de la justicia en las innúmeras vertientes de la vida.

Y así: la sociedad colonial; las ciudades antiguas; la campaña; el mundo del trabajo, la vida social y religiosa; los dolores de la adversidad económica o política; la infancia y la vejez; el matrimonio y el divorcio; frustraciones, dolores, esperanzas y anhelos: esos materiales de textura tan extraña que conforman la existencia y que recuperados por sus detalles mínimos, iban mostrando en fragmentos, las simétricas categorías del dolor y la fortuna.

Es que repasar la historia documental es adentrarse en un mundo que yace quieto, pero que alguna vez vibró, palpitante y lábil.

Si quien lo recupera es suficientemente capaz como para penetrar la intimidad de los espacios silenciosos (y quienes participaron en este evento lo fueron todos y en maravillosa medida) el pasado recobra su presente, renace en su trémula dimensión de vida. Y ese es su milagro.

Este libro que hoy la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires ofrece, recoge de las diversas sesiones las ponencias y comunicaciones presentadas.

Como en un inmenso juego de espejos, pasados varios meses desde la realización del evento, es él también, ya voy un poco de la misma historia documental que registra.

Pero, por eso mismo, desde la quietud de su universo bibliográfico, alguien podrá recuperar, en algún inasible presente, ese misterioso y profundo significado de recuerdo y búsqueda que tuvieron las inolvidables jornadas marplatenses que se evocan.

 

Héctor Negri
Ministro Decano