Querido Dr. Negri

Gracias por su humildad, presencia, diálogo amoroso desde la docencia. Tal vez no fui la mejor alumna pero la nota no implica lo que uno aprende y aprehende en la carrera. Este es mi caso. Guardo las palabras y las enseñanzas.

A veces cuesta expresar mis conocimientos pero están; y eso me da tranquilidad. Se lo digo para que tenga la certeza de que aprendí. ¡Y vaya cuánto!

Este es un momento especial en mi vida y el abordaje de sus conceptos me ayudó a reflexionar sobre mi proyecto: la esperanza de un derecho que arma al abogado con herramientas para la paz y la justicia,  como dijo en el cierre de curso. Me dio un envión que espero acelere la tan deseada graduación para ayudar a otras personas de otra manera. Espero que Dios lo permita y me guíe porque ya estoy grande pero nunca es tarde.  

Hago rosarios artesanales  desde una promesa que le hice a la Mamá del Cielo (como llamo a la Virgen María), dado que la adopté cuando perdí a mi madre en mi adolescencia. Ella me impulsa y me dice en silencio a quién regalárselo. A veces a gente enferma, a veces para expresar gratitud, otras para gente indiferente y escéptica. Los hago rezando el rosario y los bendigo con agua bendita que todos los años traigo de San Nicolás y de Salta. En su caso fue un rosario de gratitud por todo lo que lo honra como juez, abogado, docente, ser humano.

Que ella lo bendiga.


Cecilia Caparelli