Querido Negri:


No podía dejar de escribirte y preguntarte si al momento que hiciste la evaluación que nos tomaste, tenías claro el impacto que una de esas preguntas iba o podía llegar a causar.

Para que me entiendas un poco mejor de lo que estoy hablando te cuento que siempre he considerado al derecho como algo instrumental, cuya función esencial es mantener o lograr la armonía en la sociedad. En el sentido expresado siempre he sostenido una posición a favor del dictado de una ley de aborto, no porque en lo personal sea abortista, sino por la cantidad de mujeres que mueren por abortos mal efectuados o en condiciones deplorables o aquellas que no mueren en el proceso pero quedan muy dañadas en su salud. ¡Pero vaya sorpresa que me llevé cuando me preguntás mi opinión haciendo un paralelismo entre el aborto y los vuelos de la muerte!!!!! Te puedo jurar que fue un balde de agua fría el que me tiraste...vos te podrás preguntar: ¿por qué? Primero que nada porque ante ese paralelismo me di cuenta que en mis pensamientos y discurso sobre el aborto estaba cosificando una vida, la del feto; en segundo lugar descubrí, no sin cierta alarma, que muchas veces el "cosificador" (no se si el término existe o está bien usado) no es consiente de que está cosificando.

No es que esté tratando de legitimarme en lo que tantas veces he manifestado; pero todavía el planteo y lo que generó en mí, me anda girando por la cabeza. Como dicen los chicos me dejaste regulando... no solo por el tema del aborto, sino también por el tema de la cosificación y los riesgos que de caer en ella pueden producirse ya sea que se lo haga en forma consciente o inconsciente.

Fue una pregunta que me llevó a la reflexión. Todavía sigo masticando el tema...no puedo menos que darte las gracias por ello.


Marcelo Babolín