Homenaje de la Universidad de Buenos Aries



La Universidad de Buenos Aires homenajeó al Dr. Héctor Negri por sus 50 años de trayectoria docente en esa Casa de Altos Estudios.

En un emotivo acto, destacados oradores se refirieron a su tarea docente. Entre ellos, el Dr. Atilio Aníbal Alterini, eminente doctor en Derecho, Profesor Emérito y ex Decano de la Facultad de Derecho de la UBA, la Dra. María Gerónima Fouroux, Juez del Fuero de Familia del Departamento Judicial Lomas de Zamora, ex profesora Asociada de las cátedras de Introducción al Derecho y Filosofía del Derecho de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, Universidad Nacional de La Plata y Universidad Católica de La Plata bajo la titularidad del Dr. Héctor Negri.

También se escucharon testimonios de amigos, de alumnos, ex alumnos y colaboradores.

Hacia el final del acto, luego de agradecimientos y reflexiones el Dr. Negri cerró sus palabras reafirmando el concepto que para él tiene la enseñanza: “Ni lo que te doy es mío, ni lo que llevas es tuyo. Lo di porque lo recibí de otros. Como el grano de trigo del que habla el Evangelio, el conocimiento sólo puede hacer mucho fruto dándose, cayendo en la tierra”.

Luego se dio participación a la artista María Heinen quien interpretó Canción del hombre solo (letra de Héctor Negri y música de Ricardo Negri), Pájaros amándose y El río (letras de Héctor Negri y música de María Heinen).


Carta que le hiciera llegar un ex alumno

Es un día tan especial para su trayectoria, que adhiero con enorme satisfacción al homenaje que le brinda la Universidad de Buenos Aires.

Lamento no poder asistir, como me hubiera gustado hacerlo, pero creo que la ocasión es propicia para hacerle llegar mi recuerdo como el primer profesor que tuve al comenzar mi vida universitaria.

Fue en el curso de ingreso de la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata en el año 1972. Imposible olvidar las enseñanzas del "Hombre en la isla" ni la lectura del libro "Juristas Argentinos en Defensa de la Constitución", cuyo original aún conservo. También viene a mi mente el recuerdo de las charlas en la vieja escalera lateral de la Facultad y el examen de la materia rendido en una mesa de la Confitería París debido a los difíciles momentos que se vivían en esa época y que nos marcaron para siempre.

Luego llegó Filosofía del Derecho, con el terror que todos le teníamos al temible Dr. Smith, pero allí también estuvo su enseñanza clara y cordial.

Más adelante la injusta etapa en que usted se vio obligado a ejercer la profesión por los motivos que todos conocemos (...).

Finalmente, el reconocimiento a su trayectoria con su designación como miembro de la Suprema Corte, lo que nos ha permitido a todos los que lo hemos conocido, saber que tenemos un refugio adecuado en las horas de dificultad, que no son pocas.


Un fuerte abrazo de quien con orgullo se considera su alumno.

(Se omite el nombre del autor para proteger su privacidad)

 

 

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