Recuerdos de la infancia con una exquisita prosa descriptiva
Por Misael Abraham


Sin ser un crítico literario y desde mi lugar de simple lector admirado por la enorme trayectoria del autor, Héctor Negri es un referente imprescindible del derecho, de consulta obligada para todos los que navegamos las aguas de la jurisprudencia y de la literatura. Puedo decir que quien se encuentre con esta obra accederá a descripciones sensoriales hipnóticas, relatos sencillos magistralmente adjetivados y a la vez profundos, sabias analogías entre las distintas edades vitales por las que transita el libro. Todo ello combinado con un ágil sentido de la observación y del acontecer vital.

Al sumergimos en la trama de estas vivencias, abrazaremos la hipótesis de una vida que pudo haber sido. Estos relatos, en el sentido más aristotélico que se me permita, son potencia de sucesos intensos que pudieron haber cambiado su trayectoria y forma, configurando un presente muy diferente.

Si pensamos esta obra como si fuera una fantasía poética, en el sentido de lo que podía haber llegado a suceder y no lo que realmente sucedió, seremos espectadores de privilegio ante una película de intrigante naturaleza. En los diferentes capítulos de "Historias en Banfield" encontraremos infinidad de vivencias desde la mirada de aquel adolescente que nos lleva a revivir una atmósfera de barrio y nos transporta mágicamente a sus primeras aventuras y nos tienta a revivirlas. Admirable capacidad descriptiva autobiográfica de quien más cerca de nuestro tiempo es un prolífico autor de numerosas e imprescindibles obras de ilustración.

"A medida que el peinado avanzaba, los cabellos eran más suaves. Yo deshacía con cuidado las puntas. Mis dedos se entrelazaban. Los separaba, los volvía a juntar. Era un derivar lento. Los pájaros se enredaban. Me miró con ojos claros. Poco a poco su pelo y los pájaros fueron ganando toda la casa". [...]

Descripciones como la precedente reflejan el tránsito de la obra, todas ellas combinadas conforman un entramado histórico muy atrayente. En este sentido, permítanme intentar un desafío y apropiarme de las palabras de Pio Baroja: "la historia es siempre una fantasía sin base científica, y cuando se pretende levantar un tinglado invulnerable y colocar sobre él una consecuencia, se corre el peligro de que un dato cambie y se venga abajo toda la armazón histórica". Así se me presentó esta obra con su conjunto de anécdotas entrelazadas entre sus 107 páginas que sorprenden por su sencillez fluida. Por cierto, esta forma de escribir y trazar sucesos me recordó mucho a la historia misma del derecho.

"Calzados de calidad, ahorre tiempo y dinero": Este clásico anuncio significó la mágica oportunidad de empezar el reconocimiento de sus primeras lecturas infantiles. Asimismo, esta circunstancia podría ser la metáfora de quien "calzado de calidad" humana recorrió las veredas de la calle Vieytes y fue, sin pensarlo, convirtiéndose en el autor de una escritura espontánea que, "ahorrándose tiempo", supo transitar rápidamente elocuentes obras , como la creación de este libro autobiográfico.

Cada una de las curvas transitadas en la obra pudo significar un tentador desvío del trayecto que nos hizo arribar hoy al profesional del derecho que conocemos. Entre escenas circenses, disfraces de leones, bailes, proyectos concretados a pulmón, ahorros en estampillas y mentiras piadosas, asistimos a una serie de vivencias cálidas y de sensibilidad conmovedora. Aquellos calzados de antaño que acompañaron sus primeros pasos seguirán dando pasos firmes con huellas imborrables en muchos lectores, apasionados y reflexivos del derecho y la poesía.

El doctor Negri, mediante la prosa de sus recuerdos, mantiene al lector ávido de más anécdotas y logra conmover, con una ligera astucia, teñida de sensibilidad, armonía y honestidad, incontables y variopintas escenas de su niñez. El circo, los payasos, Chuli, Alicia, los chingolos, la abuela solo por nombrar algunos elementos autobiográficos, se entrecruzan con temas cotidianos y son descriptos a la luz de su mirada, la realidad económica del momento, su forma y estilo de vida.

El cuento "La Canasta" me recordó las navidades de mi niñez donde mi madre también ponía en el arbolito cajas vacías. Las escenas familiares en la calle Rincón y aquel sorteo de la carnicería también me recordaron el único premio que gané en mi vida: una humilde canasta de mimbre con productos de navidad. Cabría preguntarse si aquel circo infantil hubiese prosperado: ¿cuál habría sido la historia? ¿La mirada de Alicia hubiese sido la misma? ¿Habría ahorrado dinero para estampillas? Estoy seguro que del "fracaso" de aquel circo devino el éxito en el "escenario" jurídico. Sin aquel circo contamos hoy día con su maestría, su filosofía, su ciudadanía ilustre. Ese adolescente, hoy ministro, profesor, autor y maestro, con sus piruetas supo recorrer el mejor de los escenarios de la vida abrazando una cálida estima y sensibilidad, para hoy poder enseñar a aprender.

En síntesis y recordando a Gabriel García Márquez "la vida no es la que uno vivió sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla"; (desde mi óptica como alumno eterno, más allá de mi función actual), así es como me hace sentir el recorrido de Historias en Banfield.

Publicado en BAE Negocios el 15 de marzo de 2019

 

 

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